Cómo afrontar el verano cuando convives con un TCA

TRASTORNOS DE ALIMENTACIÓN

El verano es una época del año que muchas personas asocian con ocio, descanso y socialización. Sin embargo, para quienes conviven con un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), puede convertirse en un periodo especialmente complicado. La presión estética, la exposición corporal, los cambios en las rutinas alimentarias y sociales, o el incremento de mensajes sobre dieta y ejercicio, pueden actuar como disparadores o intensificadores del malestar.

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (como la anorexia, bulimia o trastorno por atracón) no son simplemente trastornos relacionados con la comida, sino que implican una compleja relación emocional con el cuerpo, la autoimagen, el control y la autoestima.

¿Por qué el verano puede ser especialmente difícil en un TCA?

Algunos factores que pueden agravar los síntomas son:

1. Mayor presión estética y exposición corporal.

Ropa más ligera, eventos sociales, piscinas o playas pueden activar pensamientos de comparación, vergüenza o culpa, especialmente en personas con insatisfacción corporal.

2. Ruptura de rutinas terapéuticas.

El desajuste de horarios y rutinas puede hacer que se pierda el foco del tratamiento o se relajen hábitos adquiridos en terapia.

3. Aumento de comentarios sobre el cuerpo.

Frases como “te veo más delgada”, “has engordado”, “deberías comer más/menos” pueden resultar muy perjudiciales y reforzar síntomas e insatisfacción corporal.

4. Mayor exposición a redes sociales.

El bombardeo de cuerpos idealizados en verano puede amplificar la comparación constante y el rechazo corporal.

5. Comidas sociales.

Eventos familiares y celebraciones pueden generar ansiedad por perder el “control” o verse “obligado” a comer fuera de lo habitual.

Señales de alarma: cómo detectar si el verano te está afectando

Durante esta época es importante prestar atención a ciertas señales que pueden indicar una recaída o descompensación:

Evitación constante de situaciones sociales relacionadas con la comida.

Aumento de la obsesión por el cuerpo o el peso.

Restricciones alimentarias más severas o compensaciones (ejercicio excesivo, vómitos, ayunos).

Uso intensivo de ropa para ocultar el cuerpo.

Cambios bruscos en el estado de ánimo, aislamiento o ansiedad anticipatoria.

Claves para afrontar el verano con un TCA

1. Establece una estructura flexible pero estable

Aunque estés de vacaciones, intenta mantener horarios estables de alimentación, descanso y autocuidado. Una rutina flexible pero consistente puede ayudar a sostener el equilibrio emocional

2. Cuida tu entorno y limita la exposición a redes sociales

Rodéate de personas que respeten tus límites y te aporten seguridad emocional. Además, filtra el contenido de tus redes sociales y protege tu autoestima evitando imágenes o comentarios que puedan desestabilizarte.

3. Practica la alimentación consciente

Adoptar la alimentación consciente consiste en estar atento a la experiencia de comer, identificando cuándo se tiene hambre y cuándo se está satisfecho, disfrutando sin sentir culpa. Esta práctica facilita saborear la comida sin caer en restricciones estrictas o en el exceso.

4. Mantén el contacto con tu equipo terapéutico

Si estás en terapia, intenta mantener el seguimiento aunque estés fuera. La terapia online puede ser una gran aliada para mantener el acompañamiento incluso en vacaciones.

5. Escribe un diario emocional

Anotar cómo te sientes, tus logros y desafíos puede ayudarte a reflexionar y a mantenerte conectado contigo mismo. Reflexiona sobre tus valores personales y lo que te motiva a seguir trabajando en tu recuperación.

6. Apóyate en tu red

El apoyo es crucial para sentirnos acompañados en cualquier momento de la vida, pero especialmente cuando atraviesas etapas difíciles. Comunícate con confianza con tus seres queridos sobre tus preocupaciones y necesidades.

¿Cómo pueden ayudar familiares y amigos en esta etapa?

El entorno juega un papel esencial durante el verano. Algunos consejos para familiares y amigos:

- Evita hablar sobre dietas, cuerpos o peso, incluso si parece “positivo”. Comentarios como “qué delgada estás” pueden activar síntomas.

- Valida las emociones. Si la persona expresa ansiedad por ir a la playa o una comida familiar, escucha sin juzgar.

- Fomenta espacios de descanso emocional, no solo físicos. Actividades sin presión estética como leer, pintar o caminar pueden ser muy beneficiosas.

- Mantente disponible. Saber que pueden contar contigo en momentos de crisis o incomodidad genera seguridad.

- Consulta con el equipo terapéutico, si lo hay, para saber cómo acompañar de forma coherente.

Afrontar el verano con un Trastorno de la Conducta Alimentaria implica sostenerse emocionalmente en un entorno que muchas veces favorece la exigencia, el control y la comparación. Sin embargo, con apoyo profesional, autocompasión y herramientas adecuadas, es posible reducir el malestar y disfrutar más de esta época. Recuerda que no estás solo y que tu proceso merece respeto, calma y cuidado.

No dudes en contactarnos para obtener más información sobre cómo podemos ayudarte.